Aunque tengo muchos años militando en el cristianismo, confieso que no he termi nado de entender por qué Dios recurre con tanta frecuencia a lo que yo llamo la universidad del desierto". De pronto, el Señor permite que caigan sobre nuestras vidas conflictos y situaciones muy angustiantes que conllevan mucho dolor no solo para nosotros sino también para todo el entorno familiar. Otra veces nos vemos obligados a suspender nuestras actividades cotidianas y no son pocos los que han estado en el borde mismo de la muerte.
 
Pero aunque no entiendo este "modus operandi" de Dios, lo que sé es que si viene de El es con un buen fin. Todos conocemos ese pasaje bíblico que reza:
"Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios". Pretender entender los designios del Creador del Cielo y de la Tierra sería un aberrante gesto de soberbia.
 
Seguramente el pastor Miguel Echegaray se habrá preguntado mil veces lo mismo luego de vivir su dolorosa prueba: "¿Por qué Señor no evitaste lo que me pasó?" Yo me hubiese preguntado lo mismo. Pero no dudo que Dios y sus promesas han sido el sostén más poderoso que apuntaló al Pastor Miguel durante su interminable recuperación.
 
Un asalto. Un disparo y una larga agonía que este siervo de Dios transitó -y transita todavía- con la entereza de quien se tomó fuertemente de la mano del Todopodero-so. Un libro aleccionador. Otra muestra que la tinieblas no pueden contra la luz. Un libro que nos dejará un gusto dulce en el corazón.
 
Marcelo Laffitte
Escritor